Familiares y vecinos de los 144 fallecidos en la pantanada de Ribadelago recuerdan con una misa aquella noche trágica
Han pasado 55 años y las heridas siguen
abiertas. El dolor, mitigado por el paso del tiempo, no ha desaparecido y
hoy Sanabria, y con ella buena parte de los zamoranos, recuerdan con
dolor la pantanada que se llevó por delante la vida de 144 vecinos de
Ribadelago.
Una sencilla misa oficiada por el
parroco del pueblo servirá para recordar una tragedia que nunca debió de
ocurrir. En la mente de todos los sanabreses, además, volverá a hacerse
presente la indignación por el olvido.
Coincidiendo con la celebración de los
50 años de la tragedia instituciones y partidos políticos se volcaron
con Ribadelago y sus víctimas. Entonces, hicieron la que fue la gran
promesa de aquella jornada, un museo de la memoria para perpetuar el
recuerdo de lo sucedido aquella noche del 9 de enero de 1959.
Del museo de la memoria nunca se colocó
un ladrillo, lo que ha servido para herir aún más a los sanabreses que
una vez más ven como las instituciones les abandonan a su suerte.
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