viernes, 10 de enero de 2014

Un museo de la memoria olvidado

Ribadelago oficia la misa en memoria de los 144 fallecidos por la rotura de la presa l Los vecinos critican la falta de servicios e infraestructuras prometidos por las instituciones

10.01.2014 | 12:54
Misa de 55 aniversario de la Tragedia de Ribadelago

El Museo de la memoria sobre la catástrofe de Ribadelago ni está ni se le espera. Cinco años después de las entusiastas promesas institucionales que auguraban su construcción, el edificio del albergue sigue esperando como una mole muerta su remodelación . El concejal y representante de la pedanía, Alfredo Puente, aseguró ayer a este periódico que se han iniciado de nuevo los contactos entre el Ayuntamiento de Galende y la administración estatal para retomar el proyecto, aunque con escasas posibilidades por la falta de dinero público. La administración que reincide en el suspenso del compromiso, después de cinco años, no es otra que la Confederación Hidrográfica del Duero.
El representante local recalcó la importancia de conseguir este museo para revitalizar la cabecera del Lago de Sanabria en meses, como el de enero, donde el pueblo no tiene prácticamente visitantes y languidece de olvido turístico. Ese museo «daría mucha vida al pueblo», dice el alcalde.
La conmemoración ha propiciado que algunos vecinos, como el propio Alfredo, empiecen otro recuento de años, el de las promesas por cumplir. Ahora se cumple un lustro desde que se hicieron todas esas propuestas para mejorar la situación del pueblo y la vida de los 150 vecinos, incluidos en el núcleo nuevo y el viejo. El propio alcalde pedáneo recordaba que «llevamos pidiendo lo mismo desde que entré de alcalde».
La iglesia de San Juan Bautista reunió, como se esperaba, a una treintena de personas en la misa de recuerdo de las 144 víctimas de la catástrofe. El único acto que se ha mantenido inamovible en este medio siglo largo. El párroco, José Antonio Lafuente, recordó los momentos «difíciles y duros» de ese día, «que estremece solo de pensarlo». La única cosa segura en Ribadelago es esa sencilla y recogida presencia del pequeño grupo de vecinos que reza, como hace 55 años, por el alma y la memoria de sus desaparecidos.
En la parroquia se ha iniciado una colecta para adecuar la nave lateral del templo, como una pequeña capilla, con un acristalamiento y la instalación de la calefacción que haga confortable la misa para los fieles, personas mayores en su mayoría. Ahora se ha habilitado uno de los salones en la casa parroquial donde se oficia la misa dominical. Los donativos llegan poco a poco y se confía en que haya un donante generoso que sufrague buena parte de la inversión. Hace tres años se arregló el tejado de la iglesia pero la pintura, azul cielo, se desprende como consecuencia de las humedades pasadas. Otra de las mejoras pendientes.
Se tambalea también, después de cinco años, la esperada modernización de todos los servicios
públicos y básicos. Obras nuevas, no hay ninguna a la vista. Alfredo Puente recalcaba precisamente que la señal de la televisión sigue siendo pobre y solo se captan «los canales básicos» con la instalación de un sistema satélite que no ha cumplido las promesas. «De Galende para arriba es como si no fuéramos iguales» se lamenta el representante local. La televisión, sigue siendo el recurso de entretenimiento para las personas que viven esta zona. «A mí que me gusta el deporte y no puedo ver el canal deportivo» se explayaba el concejal. La televisión de Castilla y León se ve por un apaño con la señal, y con el riesgo de recibir una denuncia porque el uso de la frecuencia no está autorizado, situación de la que Puente responsabilizaba a la Junta de Castilla y León, quien hizo la instalación provisional. De ver los 20 ó 30 canales de cualquier usuario, nada de nada. Ni la torre con las cámaras de vigilancia instalada en Vigo proporciona la espera señal de wifi para los núcleos del parque.
La pancartas de la Plaza de España, en todo el centro del pueblo, siguen recordando desde el pasado verano la carencia de agua en condiciones para el consumo y el rechazo a los contadores. Sin cambios después de cinco años. Lo único que mana con abundancia y a chorro tendido es el último tramo del colector de la depuradora, del que se han hecho eco todos los noticiarios.
Este año, como ya viendo siendo habitual, también se echaron en falta algunos ribalagueses que sufrieron la tragedia y que siempre estaban en el templo. En este caso a Jesús Otero y su esposa.


1 comentario:

  1. Los ciudadanos ya nos vamos acostumbrando cada vez más desgraciadamente, a que las promesas se las lleve el viento.
    Promesas que se hacen en momentos puntuales para la foto, a personas que no quieren otra cosa, que no perder la esperanza de que esta tierra a pesar de lo sufrido, pueda tener futuro para las próximas generaciones. Pero al paso que vamos, va a ser dificil.
    A los que se le hicieron las promesas, poco a poco se van yendo.Tal vez la única solución sea volver a tiempos pasados donde la gente de esta comarca aunaba esfuerzos y solucionaba sus problemas sin contar con nadie. Si esa fuera la única solución que se pueda esperar, me pregunto ¿Para que queremos a los de la foto ?

    Saludos.

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